miércoles, 9 de diciembre de 2009

Calles, Diciembre'09

Calles-Ropé-Sot-Chulilla
Se presentaba otra oportunidad de rodar por las excelentes pistas de la zona de Calles. A estas alturas Los Serranos y sus caminos me tienen completamente ganado y no podía dejar pasar la oportunidad. Así que me vine para casa a coger la bici y empecé a planear mentalmente, de vuelta a Calles, las rutas que quería realizar. Una de las rutas proponía cerrar el círculo que deje incompleto este verano pasado, pero el respeto que infunde la subida del Tiñoso me hizo planear la ruta en sentido contrario y así hacer este tramo de bajada. Así que me dirigí hacia La Puente Alta, con su primera subida hacia el radiofaro y la trepidante bajada. Esta vez no ralenticé la bajada para ver el paisaje puesto que ya lo conozco, en su lugar me lance a por todas. A pesar de que la temperatura no era baja, en la umbría y a primera hora de la mañana se refrescaba el sudor de la subida y me hacía tiritar un poco. Ya sobre el puente, encaro la subida por pista hacia Jórgola mucho más tendida que la del Tiñoso y después hacia el desvío de Las Marianetas que esta vez no tomaré. Hasta aquí terreno conocido. Comenzaba la parte nueva. Un poco más adelante un desvío a la derecha indica Benageber, pero en el último momento me lo pienso, no sea que al llegar al desvío hacia los Visos no esté bien señalizado y me pase, así que prefiero, en el último momento, hacer el recorrido al revés tal y como lo había planeado en un principio, subiendo por el Tiñoso y llegando hasta este cruce. ¿Y que hago ahora? Pues seguir a ver hasta donde descubro de este camino. Unos metros después otro cruce, esta vez giro a la izquierda hacia Chera. Estoy seguro de que este es el camino que pasa por debajo del pico Ropé. Hacia allá que voy. Las panorámicas inacabables sobre los montes de Andilla y La Calderona, al fondo, hasta el mar. A mi derecha el macizo del Ropé avanza en contra dirección acercándome al coloso a marchas forzadas.
Poco después llego al desvío de subida que queda a mi derecha. Me lo pienso, pues quería hacer esta ruta con el resto del grupo, pero como no sé cuando vendremos por aquí me decido a hacer cumbre. El principio del camino, a diferencia del que venía transitando está lleno de graba suelta que, a pesar de no dificultar el ascenso, habrá que tenerlo en cuenta a la hora de bajar. Mirar hacia arriba al iniciar el camino es una acción masoquista. La altitud a la que hay que subir es tremenda, así que, o el desnivel es colosal o hay una kilometrada, no sé qué es peor. Chano chano voy ascendiendo internándome en la umbría que los oblicuos rayos solares no han invadido. Ahora en invierno habrá zonas que apenas vean el Sol posarse sobre ellas. La temperatura desciendo de súbito pero el calor que se genera en la pedalada suple el descenso de temperatura. Veo el camino serpentear por la ladera de la montaña en un ascenso paulatino, sin grandes rampas que rompan la rítmica pedalada en la que me he instalado, así que puedo ir controlando la respiración y las pulsaciones. Solo me distrae el paisaje. Al margen del camino los arbustos que preceden a los árboles que están por crecer. Esta zona tampoco se libró de los incendios forestales hace unos años y tan solo algunos grupos de árboles sobreviven entre los característicos arbustos del monte bajo. Las aliagas, en plena floración, despliegan su intenso color gualda que inunda las laderas de las montañas, su característico olor (que me recuerda a vainilla), se extiende por el camino atrayéndome siempre hacia delante. El camino comienza a rodear la montaña hacia el sur bordeando un barranco. Vuelvo a agradecer la presencia del Sol que no me abandonará en todo el tramo que queda de ascensión. Una bifurcación con un pequeño bosque de carrascas indica a la izquierda el pico Ropé y recto el pico de las nieves y los 5 pinos. Enseguida del giro se presenta la figura de la caseta forestal que están restaurando y pintando, más allá el precipicio que veía desde abajo. El camino no deja lugar a dudas de que por aquí hay cabras. Voy finalizando la ascensión con el ansia por empaparme de paisaje.
Al dejar la bici, lo primero es recuperar un poco el aliento antes de enzarzarme en una lucha visual con todo el entorno. Lástima que la poca altitud del Sol y una ligerísima bruma estropeen un poco el panorama y las fotos. Aun así este es soberbio. Las aguas del embalse de Loriguilla se distinguen entre unas ondulaciones de las montañas que la preceden casi de casualidad, no sucede lo mismo con el cercano embalse de Buseo cuyas aguas no se ven por ninguna parte. Cuando estuvimos allí parecía más cercano este pico e intuimos que por la altitud sería visible.

Por suerte la ausencia de viento contribuye a que el sudor no se enfríe tanto como tenía pensado, mejor. Asomado al precipicio veo el camino por el que venía abajo, serpenteando y cruzándose con otros. La caseta que vi en la ruta que rodeaba el pantano de Loriguilla se ve solitaria y empequeñecida por la distancia y la perspectiva. La Calderona se ve unirse con el mar allá a lo lejos. Los molinos de viento de Villar del Arzobispo y esa zona inundan el paisaje uniéndose a intervalos con otros como los de Aras o Talayuelas entre otros. Fotos y más fotos van acumulándose en la cámara que está tan ávida de paisaje como yo. Pero toca volver. Estudio el camino que creo tengo que coger allá abajo para llegar hasta el embalse de Loriguilla, y emprendo el descenso con la precaución que anoté mentalmente al subir. El camino no está para muchas bromas, en cuanto la bici coge velocidad se hace difícil pararla. La rueda trasera se mueve fuera de la verticalidad que me haría estar más tranquilo. La grava se mueve caprichosamente bajo las ruedas y parece cabrearse cuando toco el freno.
Pero es que salirse del camino supondría una caída por la ladera de la montaña de unos cuantos metros en el mejor de los casos, así que tranquilidad y precaución me voy diciendo a pesar de querer soltar freno. Llego al cruce y vuelvo al camino de antes, ahora giro a la derecha y continúo bajando. Al poco otro cruce y a la izquierda hacia la caseta que parece ser un refugio.
Allí mismo llega otro camino que dejaré de lado y seguiré por este hasta el próximo cruce. De seguir recto hubiera llegado al camino de este verano hacia el pantano, pero quería conocer el camino de Loriguilla a Sot de Chera, así que giré a la derecha. Este camino es una preciosidad. Baja entre una inmensa pinada por un firme perfecto. Es el camino de Cubillas a Sot. Dejo atrás fuente Fech, un paraje a vista de pájaro desde el camino con bancos a cubiertos junto a un prado verde y un depósito de agua y una balsa tipo piscina. Entre tantos caminos ya no sé cual toca coger y continúo recto. Aquí es donde tuve el error del día. El plano está en mi cabeza y me voy orientando, pero saber siempre cual es el camino correcto es muy complicado. Así que nada más pasar la fuente ignoré un camino a la izquierda que era el correcto. Yo continué bajando en un giro hacia el sur, y me decía mi intuición que me estaba alejando del objetivo. Efectivamente, poco después llego a una abertura del camino que me deja ver allá abajo Sot de Chera, aún podría volver pero temo que el remedio sea peor que la enfermedad y coger un camino que al final no tenga salida después de una kilometrada, o que me coma un desnivel portentoso para nada, así que tiro para adelante y me marco una bajada brutal hasta el pueblo.

Me alegro de no haber tenido que subir esta cuesta porque es tremenda. Lo malo que queda ahora es que todo el resto del camino es por carretera. Voy hacia Chulilla subiendo hasta la ermita de San Roque, poco después la carretera inicia una bajada trepidante hasta cruzar el río Turia cerca del balneario de Fuencaliente. 
Desde allí picando hacia arriba la carretera sube hasta Chulilla, cuya visión, encaramado a la ladera de la montaña y coronado por el castillo junto al meandro del Turia a su salida del embalse, deja una huella de romanticismo medieval en la retina. Acuciado por la hora empiezo a pensar que voy a llegar a casa para la merienda. Atravieso el pueblo y dejo la carretera principal para entrar en la del pantano. Esta recorta varios Km. ya que no llega hasta Losa del Obispo. Además tampoco tiene tanto tráfico y evita la subida de la CV 35 por el portichuelo. El asfalto come distancias de una manera colosal así que cuando me doy cuenta ya estoy enlazando con la carretera del pantano hacia la CV 35, y, remontando esta pequeña tachuela llego a la carretera ya en tramo de bajada hacia Domeño, allí saldré de la carretera para ir por la antigua carretera hacia Calles y no rodar junto al trafico.
Apuro la pedalada tanto como me permiten las fuerzas después de casi 70 Km. para llegar a casa a una hora bastante prudencial después de todo. Muy pesado el camino el de vuelta con tanto asfalto y tanta carretera, pero los paisajes han merecido la pena hasta la saciedad así que doy la ruta no por buena sino por buenísima. La repetiré esperando no equivocarme y encontrar el camino previsto, pero si me vuelvo a equivocar, mientras haya pedales que dar, y un camino a seguir que me muestre paisajes desconocidos, todo esfuerzo estará bien.

TRACK DE CALLES-ROPÉ-SOT-CHULILLA



Calles-Compostadora-Los Yesares(Domeño)
Para lo cansado que llegué ayer a casa hoy estoy con ganas de repetir sensaciones fuertes pero, como ayer eché a lavar junto con la ropa el teléfono, hoy no voy a alejarme mucho. Subo hacia Saletas por la pendiente asfaltada y sus durísimos porcentajes. Ya la conozco así que a ritmo. La sombra mañanera refresca el ambiente más de lo deseado así que estoy deseando pedalear por la zona soleada. Llego a la compostadora y sigo por el camino de Saletas, o sea, a la derecha. Siguiendo el camino principal en todo momento y descartando las bifurcaciones voy alejándome del camino que seguí este verano pasado y que me dejó al otro lado del barranco del Balneario de Verche. Hoy me propongo llegar hasta allí.
Estupendo paisaje aunque nada tiene que ver con el paisaje de ayer; aquel mucho más abierto, en cambio este se cierra en cada barranco dejando vislumbrar casi siempre los mismos montes, eso si, exuberantes de vegetación y pinos y aromas de romeros, tomillos y oréganos.
Puedo ver a lo lejos hacia el Oeste la subida hacia el alto del Castellano con el camino serpenteando entre la montaña, hacia el Sur la figura del Ropé, y justo antes, el vertiginoso barranco que se abre sobre el embalse de Loriguilla, aquel mirador que me busqué este verano en la subida desde la balsa de cargas. Antes del barranco de la Salada comienza el descenso. El camino no esta muy mal pero algo de grava suelta y piedras ensucian el camino que no está para muchas alegrías bajando. En una de estas la rueda delantera se desliza sobre unas piedras y pierdo el equilibrio. Tras un par de pasos sobre el suelo apunto estoy de recuperar la verticalidad pero la inercia de bajada puede más y acabo saliendo por delante de la bici. Tarascazo contra el suelo y golpe en la rodilla izquierda amén del planchazo de las manos contra el suelo que me deja dolorido. Por un momento el dolor de la rodilla me hace temerme un susto serio, y para colmo hoy sin teléfono que me pueda socorrer. Muevo la pierna y flexiono la rodilla varias veces hasta comprobar con alivio que esta responde bien aunque se queje. El pulso disparado y la adrenalina golpeando las sienes como tambores. Ya ha pasado el susto. Ahora calma y a seguir bajando. Pero el miedo ya se ha metido en el cuerpo y toda la bajada la hago cruzado. Decido parar a almorzar para tranquilizarme un poco.
Después continúo bajando pero no hay forma de coger confianza. Es más en un tramo algo más dificultoso estoy a punto de echar pie a tierra para bajar este tramo, por fortuna al final consigo convencerme de que con precaución puedo bajarlo bien, si llego a bajar de la bici habría perdido la poco seguridad que me quedaba, no era cuestión de arriesgar pero es que el tramo tampoco era nada del otro jueves, aunque visto con miedo todo es un mundo. Varios caminos se cruzarán con este y llegado el momento no sabré bien por cual decidirme. La intuición de cruzar el barranco me hará acertar, aunque esto lo sabré después. Ahora el camino vuelve a subir en dirección norte y me hace dudar nuevamente.
Llego a un cruce sobre el barranco, tiene que ser este me digo. Indica todas las direcciones excepto la que yo voy a tomar, bueno si la indica pero indica "Mira" que para mí es como no indicar nada. Pero tiene que ser este me repito a mi mismo. Así que guiándome por direccionalidad giro a la derecha y sigo bajando. Unos Km. más adelante encuentro una pareja de caminantes y me confirman lo que yo suponía. Después otra bifurcación se aleja hacia la izquierda pero sigo recto por este camino hasta llegar al hotel balneario de Verche. Un pequeño paseo por sus instalaciones y continuo bajando hacia la carretera de Domeño. Después del porrazo no tengo el cuerpo para muchas alegrías así que hoy llegaré pronto a casa, mañana más.
TRACK DE CALLES-COMPOSTADORA-LOS YESARES(DOMEÑO)
 


Calles-Tiñoso-ColladoNieva-CasasValero-PuenteAlta
Hoy tiene que ser el día. El círculo se cierra. O se cerrará una vez finalizada la ruta, espero. Esta mañana hace más fresquito incluso que ayer pero es que estamos casi a mitad de diciembre y seguimos con temperaturas muy altas. El camino hasta la cuesta del muerto ya es de sobra conocido por estar en la crónica: http://rodaipedal.blogspot.com/2009/09/rutas-por-calles-agosto09.html, la bajada tan brutal como siempre, ya casi no me acordaba de la gravilla fina que hay en las últimas curvas y al llegar un ligero movimiento de la rueda delantera me ha hecho recordar el golpe de ayer así que ya estoy otra vez con los malos recuerdos presentes.
Llego al puente y no puedo resistir la tentación de parar para echar un vistazo. El lugar es maravilloso y siempre me hace detenerme aunque solo sea un segundo. Con las pilas cargadas inicio las primeras rampas del Tiñoso. Menudo nombre tiene la subida de marras.  
Dibujo el trazado de la cuesta mentalmente mientras voy subiendo y compruebo que casi me la se de memoria. Este primer tramo de umbría es el que tiene mayores desniveles o será que al pillarte al principio aún no estas con el chip de subida. Sea como sea voy subiendo a tren y sin pasarme de pulsaciones, lo estoy controlando mejor de lo que pensaba, así que me voy animando y me digo que no era para tanto como me temía. Algunas paradas fotográficas y sigo ascendiendo.
Ya entro en la cara soleada y con vistas hacia el desfiladero del río sobre La Puente Alta. No me canso de ver este paisaje. Lo perderé un rato de vista al pasar otra vez a la cara oculta de la montaña para tener visión directa sobre las ruinas del caserío del collado estrecho.
Enseguida la última rampa antes de alcanzar el altiplano del collado estrecho. Luego el camino ondula por lo alto de la sierra hasta el collado de la cortina donde a la derecha surge el camino que baja hasta los chorros de Barchel. A la izquierda, en cambio, otro camino llega hasta las casas de Tuesa y La Puente Alta pero eso, lo exploraré otro día. Hoy sigo recto encarando otra rampa considerable que no será la última hasta el cerro Alonso. De allí sale un camino que indica pico del Águila, me permito la licencia de ir a explorar este camino que supongo no tiene salida, pero, las vistas que promete no quiero perdérmelas.
Algo más adelante y tras una subida considerable llego a lo que parece el final del camino. Buenas vistas pero esperaba un balcón vertiginoso sobre el barranco, no puedo decir que me halla decepcionado, pero cuando lo que encuentras no colma por completo las expectaticas... Regreso hasta el camino principal, pasando junto a caserios que habrán vivido tiempos mejores y llego hasta el desvío de los Visos. 
En esta zona se tiene previsto crear un parque eólico. No se si el proyecto hará más mal que bien a la zona. Yo por mi parte crearía un parque natural e introduciría especies animales para su repoblación y explotaría la zona como bien turístico, paisajístico, forestal y cinegético, con casas rurales y empresas de multiaventura, deporte y/o cosas por el estilo, ya sabeis, naturaleza en estado puro. Pero como no depende de mí y quien tenga las competencias pensará que lo otro es progreso y dinero, pues ya sabemos lo que toca, progreso y dinero para la empresa adjudicataria y quien sabe si también para la administración contratante, se ve tanta corrupción y mamoneo que quien sabe, lo que si se es que, los ciudadanos de la zona, en cambio no veran nada de todo este progreso... y mucho menos el dinero. Llegará un día que progresaremos tanto que llegaremos al final del camino antes de que este esté terminado. Pasado este momento reflexión sigo adelante. Continúo por la pista principal iniciando un descenso hacia la izquierda hasta llegar al cruce. Muchos carteles indicando cosas pero ninguna conocida en la dirección que debo tomar. Giro a la izquierda por una pista en perfectas condiciones de firme y cubierta algunos metros por encima por la vegetación. Enseguida otro cruce a la derecha que es por donde sigue el GR 7. Esto me despista pues me hace creer que este será el camino que debo de seguir. Así que tomo este camino hacia fuente Chelva por el GR 7. Pasada la fuente sale un camino a la izquierda que empalmaría con el que seguía hacia La Capitana, pero está cerrado así que continúo hacia delante.
El camino empieza a girar hacia la derecha y llega un momento que no las tengo todas conmigo, así que hoy me decido a dar la vuelta y desandar los dos Km. hasta el último cruce y seguir la pista principal aun a riesgo de no ser el GR 7. La pista o casi autopista forestal va en bajada, bueno casi en caída libre. El descenso es tremendamente rápido y divertido y sin ningún riesgo gracias a la bonanza del firme. Solo el soberbio paisaje de un camino porticado por la arboleda junto a un barranco encauzado y con pequeños prados cada pocos metros retiene un poco mi rápido avance.
Varios caseríos en estado de ruina ponen el punto de nostalgia de tiempos pretéritos dedicados al campo y al ganado y a explotar los ingentes recursos forestales que había en esta zona. En un suspiro llego al cruce que baja a la izquierda hacia Jórgola y a la derecha sube hacia Chera. Por fin he conseguido cerrar el círculo. Bajo como un tiro por este camino que esta en muy buenas condiciones. Tan solo algo de gravilla suelta en la zona de Jórgola.
  
A partir de allí y hasta abajo a tumba abierta. Ya sobre el puente que cruza el Turia y con el asfalto bajo las ruedas comienza la única subida que aún no había hecho a pesar de haberla bajada varias veces.
A ritmo voy obteniendo nuevas perspectivas de este paisaje. En otras circunstancias estaría pensando en la trepidante bajada que me espera al llegar al radiofaro, pero estoy inmerso aún en el recuerdo del fantástico camino que he conocido hoy. Llego arriba eufórico por el recuerdo y deseoso de más adrenalina. La bajada es de las que hacen afición así que la disfrutaré enterita hasta llegar al puente sobre el río Tuejar allá abajo en Calles.