martes, 9 de septiembre de 2014

Alborache-Noria-CanalForata-Embalse-Yátova


Un mes después de la fatídica ruta de Andilla, donde se rompió el GPS vuelvo a rodar con un nuevo “treki” que me guiará por los caminos. No es que el aparato haya tardado en llegar, como antes que las piezas tenían que venir de Alemania y casi venían andando, tanto retraso en la ruta es por la pereza y … apatía que tengo últimamente, a ver si me la quito a golpe de pedal.

Llego a Alborache y aparco junto al albergue. Cruzo el pueblo y salgo junto a la fuente Nueva, tomo el primer camino a la derecha y pronto paso bajo el canal de Forata, sigo por camino asfaltado entre campos de cultivo. Paso junto a unos chalets y luego se acaba el asfalto para dirigirme hacia el cauce del río allí donde se le une el barranco del Regajo. 

Antes de cruzar ambos cauces tomo un pequeño camino a la derecha que transita junto al río buscando algunas bonitas vistas del próximo meandro del río, no las conseguiré y finalmente retrocedo para cruzar, primero el barranco, y unirme a la carreterita que viene de Alborache, y luego el río Buñol. Pronto volveré a cruzarlo para toparme con un repecho que me deja en una altitud con la arboleda de ribera a mis pies. Una primera postal que llevarme a la cámara y sigo adelante. Este tramo me lleva llaneando entre más cultivos hasta un cruce de caminos donde giro a la izquierda para, poco después, comenzar la bajada que me llevará otra vez hasta el río. Llego a un cruce de caminos, giro a la izquierda cruzando el río y subo hasta la vieja noria que hay allí y que se conserva como una curiosa y bonita antigüedad aunque en no muy buen estado de conservación. 

Nada que ver con la preciosa y aún en uso noria de Casas del Rio que pude ver este verano en la ruta:  http://bikepedalvalencia.blogspot.com.es/2014/06/casas-del-rio-los-sardineros-casas-del.html  Tras la visita bajo hasta el cruce y tomo ahora el camino de la izquierda que va de un río al otro, ahora cruzo el río Magro y unos metros más allá está el lugar donde se juntas ambos ríos, pero entre tanto cañaveral y maleza no es posible ni verlo ni acercarse a los ríos.

Continúo un poco más para ver el Caserío del Río, una enorme casona que parece ser el centro neurálgico de todos los campos de la zona. Retrocedo hasta cruzar el río Magro, llegar al cruce y tomar el camino de la izquierda dejando al río Buñol atrás definitivamente y el Magro a mi izquierda. Esta circunstancia irá cambiando conforme avance pues tendré que cruzar el río aún unas cuantas veces. 

Poco antes de Casas del Rio tengo una bonita vista al pasar junto al canal: no sé si por una rotura o por una abertura controlada de la tubería, el caso es que se forma una especie de cascada que deja entre los árboles una bruma y una humedad digna de consideración, así como un pequeño estanque que me invita a parar y deleitarme con el panorama. 

Llego al pequeño repecho que, al otro lado del río, me sube hacia el poblado de Casas del Rio donde se está llevando a cabo la rehabilitación de la casona. Ya por asfalto continúo hasta enlazar con la carretera que viene de Buñol hacia Cortes y Dos Aguas. Giro a la izquierda y casi enseguida una subida. Aquí ya con la precaución de la carretera, los coches y los camiones que pasan hacia el vertedero. 

Llego a un pequeño puente que cruzaré sobre el río Magro tras salir este del embalse de Forata. Una bonita postal que aún podría ser más bonita si no hubiera tanta basura tirada en los barrancos y en la cuneta de las carreteras, pero es lo que tiene este país, o mejor dicho los que aquí vivimos, que nos creemos que estamos en el primer mundo y de puro guarros no nos aceptarían ni en los países subdesarrollados, que pena. Ahora la carretera sí que se pone a mirar para arriba, pero yo la dejaré poco después del puente en un camino a la derecha que me permite, primero ver el canal y luego, bajar hasta el cauce del río. Transito junto a él sin dificultad hasta encontrar un camino a la izquierda, en pronunciado giro y con asfalto estriado y en muy malas condiciones; sí, es por aquí me digo tras una breve consulta al GPS. Luego acaba el asfalto y continúa un camino pedregoso y tortuoso pero que con potencia se puede ciclar. 

No es un tramo muy largo por fortuna y pronto vuelvo a un camino más o menos normal. Pronto dejo atrás esta parte desolada de las montañas tras el brutal incendio de 2012 y me adentro en la parte de montañas que no sufrieron o sufrieron menos el daño del fuego. Sigo subiendo, de forma moderada pero constante hasta llegar a la carretera que llega hasta la presa.

Antes he pasado por un camino desvanecido ante los trabajos que se están llevando a cabo en estos terrenos. 

Giro a la derecha y me acerco primero al poblado, una serie de casas que parecen haber pasado por una guerra, y efectivamente lo han hecho, por la guerra contra los vándalos, y la ha perdido el pueblo. De aquí llego hasta la ermita ya que hoy la barrera que corta el paso hasta las oficinas de control de la presa está abierta. 

A pocos metros lo que queda de la ermita que también perdió la guerra en su día. Cruzo la presa viendo el alarmante poco caudal que retiene. 

De hecho es visible la punta de un tejado de alguna casa que quedaría sumergida en su día. Ya al otro lado tomo el primer camino a la izquierda que sigue un poco el perfil del embalse. El camino sube hacia el norte junto al arroyo Picastre por una zona arrasada por el incendio. 

El paisaje es devastador, otra vez, otra ruta más, es lo que tiene rodar por la provincia de Valencia en la que cada vez es más difícil disfrutar de paisajes boscosos y caminos arbolados. 

En cambio el camino está en muy buenas condiciones, y quitando alguna rampa importante es una subida bastante tendida y sin dificultad, en la que los arbustos de monte bajo se empeñan en dar algo de color a este paisaje gris y mortecino. El camino llega hasta la carretera entre Yátova y la N-330, sobre ella giro a la derecha hacia Yátova. Tráfico casi inexistente y buen firme de subida. Un par de fuentes secas me hacen empezar a temer quedarme sin agua, pues el sofocante calor me está haciendo beber mucho más de lo que creía y contaba con alguna fuente en el camino. Corono este collado y tomo el primer camino a la izquierda en fuerte subida. Un poco más allá una brigada de forestales serán mi salvación al proveerme de un poco de agua que me permitirá llegar al pueblo sin tener que racionar el agua. Sigo subiendo hasta enlazar con el camino conocido de la ruta: http://bikepedalvalencia.blogspot.com.es/2013/05/rio-juanes-pico-nevera.html
En este tramo un par de ciervos cruzan mi camino y me regalan uno de esos momentos por los que merece la pena tanto esfuerzo. El cruce con el panel interpretativo y giro a la derecha en ligero descenso que permite ahorrar fuerzas en este camino bacheado rodeado de coscojas, romeros y tomillos que explotan en aromas bajo las ruedas. Todo este camino desde la carretera hasta aquí no aparece en los mapas, pero estar está y es un camino perfectamente definido y ciclable. Llego a un cruce y tomo el camino de la derecha abandonando el camino conocido. 

Fuerte y rápido descenso entre arboledas y curvas cerradas, divertido y seguro. Un poco de descanso que me lleva hasta otro camino a la izquierda en fuerte rampa de subida. Tras ella una serie de pequeños toboganes con los que no contaba. Buenas vistas sobre el cerrado valle que transito y la carretera abajo trazando la línea que tengo que seguir. Corono otro collado y descarto, tras equivocarme, el primer camino a la izquierda en fuerte subida por el PRV- 148, tomo ahora el segundo camino en bajada y con una curva de herradura nada más empezar, este es el camino bueno. Tras este primer impulso de velocidad llega lo bueno: el camino sigue bajando; ancho, seguro, rápido y técnico a esta velocidad con las curvas, algunas más cerradas de lo que parecen a la entrada, y que obligan a darles calor a los frenos. Pronto el camino se convierte en asfalto y paso junto a la ermita de san Vicente a toda velocidad, la llegada a Yátova es inminente y la velocidad en este tramo aún irá a más. Llego a la cooperativa, la gasolinera y la carretera que cruza el pueblo, sigo a la izquierda y me adentro en el pueblo pasando junto a la iglesia para tomar un camino que sale del pueblo en dirección a Macastre y la fuente Grande. 

Es este un bonito enclave junto a una balsa con una gran arboleda que da sombra a unas mesas de picnic. No tiene mucho más pero el sitio da para una agradable parada en el camino observando el lago y los restos del castillo sobre la loma de enfrente. Llego al centro del pueblo y giro a la derecha, luego ya en bajada otro giro a la izquierda de 180 grados junto a una fuente.

Sigo bajando hacia la fuente de Santa Bárbara, junto al lavadero y junto a una pared labrada por el agua y el tiempo. Un espacio bonito y tranquilo, menos cuidado de lo que debería y paraíso de los anormales que sacan a sus perros para que, sin contemplaciones ni reparos, ensucien los caminos, calles y aceras de nuestros pueblos,  así como la entrada a nuestras casas o las ruedas de nuestros coches, pero como ninguno de estos politicuchos que nos legislan tienen los coj… el valor de enfrentar este problema pues así tenemos nuestros pueblos, oliendo a mierda y meado de perro. Subo el camino minado y callejeo por el pueblo buscando la salida hacia Alborache. Llego a la carretera, la rotonda y continúo por la carretera hacia la gasolinera para darle un merecido baño a la bici antes de llegar al albergue donde he aparcado el coche. En definitiva otra gran ruta con muchas cosas que ver y grandes contrastes paisajísticos. Que el monte esté quemado y no ofrezca las vistas que nos gustaría no es culpa ni del monte ni de las montañas ni de la ruta, pero es lo que hay y es lo que me ha permitido ver el paisaje, que a poco que lo cuidemos, o mejor dicho, que no lo agredamos, es capaz de ofrecernos un mundo de maravillas.