domingo, 8 de abril de 2012

Calles-Río Tuejar

Había pensado una ruta corta pero intensa en emociones. Casi una conmemoración de la entrada 50 del blog dedicada a la ruta del Turia: un proyecto que tenía en mente desde hacía mucho tiempo y que por fin había estampado en forma de ruta. Así que hoy le tocaba el turno a uno de sus afluentes, el río Tuejar o río Chelva, ambas denominaciones igual de válidas. Según el visor Sigpac, que es donde busco la mayor parte de la información geográfica, la denominación de Río Tuejar comienza pasado el azud de Tuejar. Allí convergen las aguas de multitud de ramblas y barrancos que aportan las aguas intermitentes que, a partir de allí, se convierten en permanentes.
La principal de esas ramblas es la rambla Arquela. Hace ahora un mes que ciclaba la parte final de esta rambla bajando desde Ahillas en la ruta: http://bikepedalvalencia.blogspot.com.es/2012/03/calles-ahillas-rambla-arquela.html  
Mañana la recorreré desde Alpuente hasta el azud, pero será en la siguiente crónica. Salía desde Calles tomando la carretera CV-35, si, me estoy aficionando más de la cuenta a la carretera, es lo que tiene cuando conoces una carretera y el poco tráfico que soporta a estas primeras horas de la mañana. Con lo que no contaba era con los domingueros de semana santa, así que tuve que soportar algún coche más de lo esperado. Llego a Chelva y tomo el desvío hacia el Remedio, sigo subiendo de forma moderada pero ahora ya sin tráfico. Pasada la plaza de toros llega el desvío hacia Peña Cortada, en cambio giro a la izquierda para adentrarme en pista forestal e iniciar una subida fuerte junto a unas casas. Ya arriba el paraje de fuente Gitana queda abajo en una preciosa arboleda. Luego el desnivel se suaviza y se intercalan algunas bajadas.
La montaña se corta a mi izquierda y permite una vista limpia hacia el sur, hacia el convento de San Francisco y todas las montañas de atrás. También encuentro algún vertedero que afea el paisaje, la guarrería humana no tiene límites, habiendo eco parques y incluso recogida selectiva de enseres viejos, la gente es tan tonta que viene en medio del monte a tirar trastos… En fin, lo dejo aquí porque estos días estoy contento. Sigo pedaleando entre campos de almendros y olivos. El pico del Remedio, que era una muralla a mi derecha va quedando oculto a mi espalda tras pequeños cerros mucho más cercanos. Llego en bajada a un desvío que me indica un mirador sobre el azud. Intento lo imposible ya que una senda junto a un muro indica el camino, yo me empeño en seguir ese camino hasta el final para nada. Lo bueno es que ahora la bajada será un poco más larga. Corta pero intensa me lleva hasta la misma carretera. Sin llegar a tocarla un camino a la derecha me obliga a un giro muy pronunciado. Este camino llega hasta el restaurante del azud, yo tomo otra carretera a la derecha que pasa por delante y me deja en el camino que transitaré mañana, junto a un puente sobre la rambla Arquela.
Bajo hacia la zona recreativa para encontrar el poco caudal de agua que baja por la rambla, lo que está a reventar es la zona recreativa llena de gente y coches. Giro a la derecha huyendo de la multitud para subir hacia la zona de camping. Llego hasta la puerta y bajo por la carretera hacia el río.
Allí encuentro unas pozas y la corriente crecida tras el azud y el manantial, donde las aguas de la piscifactoría también alimentan el caudal. Busco un lugar soleado donde almorzar junto a este precioso y solitario paisaje. El Sol calienta lo que enfría el viento que va en aumento. Tras el almuerzo subo la cuesta empujando la bici y me reincorporo a la carretera hasta el molino Marco. Una ruina de lo que en su día fue una importante industria para moler el grano de los cultivos de la zona.
Paso bajo la carretera para encontrarme con otra de las faraónicas obras romanas, una presa que desviaba las aguas para el riego de las huertas más al este de la población, hoy en día es el origen de la acequia mayor. Entre ella y el río continuaré la ruta durante algunos Km. Toca ahora bajar hacia el precioso paraje de la fuente del Saz. Un lugar que nunca me canso de visitar. Aquí cruzo el río y continúo por el camino junto a la acequia. Este camino va cogiendo altura sobre el río y permite unas vistas fantásticas de la zona.
Siguiendo las indicaciones del “Treki” bajo hasta el río para ver el acueducto de la Dorca. Este acueducto alimenta una acequia al otro lado del río. Tras la breve visita vuelvo al camino y sigo al río desde arriba, observando los paisajes que ofrece y perdiéndome en el rumor de la acequia a mi izquierda.
Sigo el camino de Tuejar hacia el convento Franciscano pero un "nosequé" me hace acercarme hacia el puente de la Mozaira, no en vano estoy siguiendo el curso del río. Allí topo con un grupo de senderistas y cambiamos impresiones sobre rutas por la zona. No dejo pasar la ocasión de introducirlos en este blog y en el de su hermano mayor, Roda i Pedal. A cambio de tan poco peaje ellos me invitan a visitar por dentro el convento. No puedo creer mi suerte y acepto de inmediato y encantado.
De camino al convento me acerco al mirador sobre el río justo antes de llegar a la playeta y la ruta del agua de Chelva. Bajo el barranco se encuentra la zona peatonal que cruza la montaña por un antiguo canal desde la presa de Olinches, hoy en desuso. Desde aquí puedo ver a más de 70 personas transitando el sendero. Me uno al grupo y entramos al recinto cerrado del convento por una puerta trasera junto al cementerio. Bajamos hacia el edificio por la parte trasera y entramos a un patio con un pozo en el centro. De allí accedemos a la iglesia vacía. La soledad amplifica nuestros pasos y nuestras voces casi en susurros.
Es un sentimiento potente. No tiene nada que ver con las fechas o con la religiosidad. Tiene que ver con el respeto, la calma y la paz que rezuma de estos lugares, por lo general tranquilos. La visita es rápida, tan solo unas fotos y un vistazo alrededor, no quiero molestar más de lo imprescindible a mis anfitriones de Carcaixent. Me despido de Juanjo y de sus acompañantes y salgo por la puerta principal, aquella que ya conocía de mi anterior visita a este lugar. Ya encima de la bici bajo hacia el área recreativa de Molino Puerto. Aquello es otra sucursal del azud de Tuejar o peor. La gente parece sardinas enlatadas, todas juntas casi en una única mesa. De entrar hacia la playeta ni hablar, cruzo el puente y sigo el camino paralelo al río por el lado sur. Llego hasta el siguiente puente y al ver que hay menos gente, vuelvo por el sendero del norte bajo los eucaliptos.
Remonto la corriente hasta puente y giro a la izquierda para encarar la subida de asfalto hacia Calles. La subida es terrible, la conocía de bajada pero solo la he subido una vez, y ya no me acuerdo. Cierro las suspensiones y pongo todo lo que tengo para subir. Me toca cargar el peso sobre el manillar y tirar de riñones más de lo que me gustaría. Un par de curvas en zigzag y llego a un pequeño descansillo. Enseguida llegan otro par de curvas como las anteriores y este suplicio se acaba. Ya arriba tengo un tramo llano que me permite ir engranando piñones pequeños y ganando velocidad para la bajada hacia Calles. Ya no volveré a ver el río hasta llegar a Calles. Desde allí lo seguiré en un tranquilo paseo por la orilla derecha entre cañaverales y bajo la sombra de los chopos y eucaliptos que hacen de este un camino abovedado. Cruzo por una zona pedregosa que no presenta más dificultad que un par de pedaladas de potencia, luego un pequeño puente salva la corriente rápida y apretada que presenta aquí el río. Me uno a la antigua carretera CV-35 que ahora es una vía de servicio de la que pasa justo a unos metros de esta. Esta vía auxiliar me lleva sin pérdida ninguna hasta el nuevo azud de derivación del río Tuejar justo antes de unir sus aguas a las del Turia y alimentar la cola del embalse de Loriguilla. Tras cruzar el puente bajo a la derecha por un camino algo complicado por las piedras que acumula. Este camino me deja justo en la unión de los dos ríos. El Turia viene de frente y el Tuejar se une por la derecha.  
Remonto un poco por la carretera para obtener una mejor vista panorámica: la loma del castillo de Domeño se alza dominando el entorno, custodiando a un lado y a otro el paso de los ríos, tras ella la muela del pico del Remedio de Chelva se alza omnipresente en todos estos paisajes. Vuelvo por el mismo camino hacia Calles, para terminar la ruta y rendir homenaje a otro río. Mañana sabré más de la parte alta de la rambla.




Track de la ruta: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2715729

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